lunes, 9 de agosto de 2010

Te mentí y qué

te mentí, porque soy adicta a hacerlo.
Yo solo quería sacudir tu alma, desempolvarte.
te mentí, no quería que fuese el final.
por más real que seas, hoy te endiosé, y qué, si soy yo quién clama esta urgencia de ti, de tu cuerpo, de tus noches,
te mentí, porque necesitaba que pensaras en mí de la misma manera que yo pienso en ti.
te mentí y qué, si al final, te fuiste....

te mentí para convencerme de eso, para olvidarte, pero al espíritu nada lo engaña, y el dolor no se desvanece, se dispersa.

Te mentí, porque haz olvidado mis poemas, mis palabras, mis sueños. Te mentí porque soy una pesadilla cuando no estás, y porque ya nadie quiere verme llorar.
Te mentí, porque te amo, y amarte así me vuelve estrategica y mentirosa.

y qué más allá de esta incertidumbre que no me deja otra alternativa que lloriquear ante tu sublime recuerdo, ante tus huesos, ante tu piel, tu pelo, tus piermas, tus ojos, tu sonrisa, té mentí para tener la oportunidad de volver a escribirte, con la excusa de la sinceridad. Te mentí para despertarte, pero y qué, si igual sigues allá y yo acá mintiendome una vez más para poder escribirte lo que ya sabes.