ese roto que se agranda

A veces el roto se amplía, no se puede comandar nada, a veces todo lo que nos rodea es  intransigencia, y esta lucha de intereses se vuelve hostil e innecesaria,  entre vagabundos pensamientos puede pasarse la vida entera, todo se agota, cambia y ese roto puede simplemente agrandarse y sostener soldados impávidos, la vigilia nunca es garantía del reposo. No somos nosotros, es una manipulación mental a nuestros deseos lo que hace del amor un imposible.... 

Soy adicta a sus labios con sabor a nicotina

a la textura de sus pezones.

a la ansiedad que recorre sus venas, soy adicta a su frenesí dramático.

que la pernicia nos rodee, que se nos acaba el tiempo, que todo vuelva de repente, que nada se agote ni se de por cierto, soy adicta a sus palabras y en ellas puedo quedarme. 

Nunca me sale nada después de hacerlo, tampoco antes, últimamente más bien, todo sale a medias. No es que me despierte inconforme con la vida, es que lo que ofrece mi entorno es sencillamente desconsolador, no se trata de ser una retraída, se trata de asimilar este estilo de vida que nos imponen con manipulaciones patéticas que con facilidad podemos descifrar. 

Esos, los capataces de esta farsa, los que usan de estandarte la moral, los que se disfrazan de demócratas pero compran votos, los que desfilan con narcos y se ensucian las botas con sangre, los que merodean entre las arcas para sacarse su gran pedazo, los que no tienen ingenio para elaborar ideas y materializarlas en hechos tangibles que les sirva a algunos, esos que aprovechan cualquier espacio para pedir comisiones, los que se dedican a la revuelta política y desconciertan con sus nexos, esos que no asimilan que este país (los que medianamente entendemos este mierdero) no los quiere acá, esos, los que llamo los putos, me han convertido en retraída, me han arrojado al más insensato vaho, me han conmovido las entrañas, y me he vuelto ajena a mis ilusiones.

Porque yo sueño con un país vivible, que no se regale al primer postor extranjero, porque sueño con una sociedad tranquila y porque no, como una sociedad del futuro, porque siento que nuestra sociedad tiene que ir de la mano de cambios estructurales fuertes, porque sé que necesitamos una vida en la que las extorsiones y la inseguridad no sean la noticia de los periódicos, porque sé que tenemos que construir la paz, pero no desde los acuerdos de unos mafiosos que no quieren pagar cárcel, no desde la impunidad política, ¿para qué queremos rendirnos ante  los asesinos de las FARC?   si en cualquier ámbito sean son unos pillos, unos bandidos, y este señor Santos que se hizo elegir primero por un gobierno que los quería aniquilar y luego vendió la tan anhelada paz, la paz que es nuestro sueño más preciado, y la manoseó con su embustero discurso, y luego se sentó en la Habana a darles un status que nunca debieron tener, solo para convertirse en el gurú de la paz, para convertirse en el escudero de un proceso que desde que este señor entró al estado ya venía torcido, porque la reparación, la verdad y la justicia no se hacen con palabritas, sino con hechos que logren reconfigurar este país de ladrones con corbata. Pero como no todo es tan malo, se le sale de sus estribos un ladronzuelo y no lo puede tapar con los medios, porque hay cosas que simplemente no se pueden ocultar, así que sale el tipo este con la actitud de bandido que tiene y dice que si el es corrupto, todos sus magistrados los son, para terminar este patético cuento de la farsandula de esta sociedad, que es de lo único que me provoca hablar, no contentos con este para-estado de mafiosos asesinos, se muere el único hombre que con sabiduría apareció en la esfera política nacional, se muere el canoso al que le vibraba la voz apaciblemente, y nos deja en la misma entrañable necesidad de escucharlo, el viejito me parecía la locura, me gustaba su estilo elegante y distinguido, como buen paisa arrolado, el tenía las botas limpias, era de los pocos que podía hablar con vehemencia y sus palabras salían de su alma, a él le debo un poco de lo que soy, aunque nunca cruzamos palabra alguna, a él y a su entrañable manera de hacer de la farsa de este país, “un algo curable”……. 

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