domingo, 13 de marzo de 2011

la mañana y sus matices....

Me gusta sufrir; me gusta llorar, me gusta sentirme en la ranura de las cremalleras, caerme al vacío y sentir el corazón pararse. me gusta la estética que anuncia el llanto, como la lujuria del olvido. Me gusta sentirme sin alivio y curarme entre las raíces de su hierba. Me gusta la locura como me gusta el calor, y no encuentro diferencia entre el placer y el dolor. Felicidad se me parece más a la comida que al habito mismo de sonreír. Cuando sonrío entonces, lo hago para desprenderme de la nostalgia, para ensimismarme en mis gestos y despegar hacía el cielo. Cuando sonrío es un acto de coquetería al infame mundo que de cara veo. Me gusta la noche con sus tragos fuertes que perturban los sentidos, como me gustan las mañanas de resaca y las aguas saladas de los caldos que emergen de esas noches. Me gusta la canción que se repite tantas veces como para recordar cada parte de manera perfecta. Me gusta pensar y pensar, y preguntarme lo que no tiene respuesta sin un porque ni un como asumo entonces lo que puedo llamar especulaciones en un mundo que me invita a la voracidad, a la lujuria y al olvido.

De un momento a otro, se me olvidó vivir, pero lo fui recordando con los matices de cada mañana, aprendí que las personas tenían olores, y comprendí que las conversaciones no tenían triunfadores. Me sentí exhausta de exclamar dolor ante el mundo y de sonreír hipocritamente y empecé a descifrarme entre las personas que me rodeaban.

Ya no daba tregua esta solemne angustia, y me recogí las piernas hasta que me dolían los músculos de la entrepierna. Sonreí recordando aquellos cuerpos que he tocado, y me perceté de dejar en cada uno una sonrisa mezclada con odio cuando me recordaran.

1 comentario:

pam! dijo...

a veces olvido lo bonito que escribe! la amo con mi alma hermanita.