domingo, 20 de mayo de 2007

Silueta




No quise hacerlo,


pero sus manos se hospedaron en mi cuerpo y como una púa que se clava en lo mas profundo sentí sus ojos sobre mí .



Me dolió el pecho mientras clavé la daga que atravesó su cuerpo


Sollozaba, quizá de pasión


Mientras mi cuerpo temblaba


Los dedos se encalambraban


El momento me extasiaba



Me deleitaba cuando su silueta entre sombras se retorcía


Su cuello se movía de lado a lado como marioneta en su acto y la risa se apoderó de mi.


No quise hacerlo, pero mi cuerpo pedía fogosidad.



Solo pienso en aquella daga que atravesó su cuerpo,


En el odio de sus palabras,


En su mirada extraviada por el padecimiento,


En el rico sabor de su carne


Y en su sangre


Que saboreé hasta asquearme...

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